Desde pequeñas tenemos la capacidad de sumar al cambio y construir un ecosistema más inclusivo. Mediante la acción de empoderar se abre un círculo virtuoso donde las mujeres generan consciencia de que tienen poder sobre sus decisiones.
Esa autonomía se transforma en acceso a la toma de decisiones, participación en espacios considerados «atípicos» y eliminación de barreras de género.
El círculo virtuoso del empoderamiento se inicia con los padres y madres de familia, pero no termina ahí. Todas podemos aportar para que las niñas enfrenten menos obstáculos y construir estructuras de poder que las respalden.